lunes, 15 de septiembre de 2008

JUNTOS HASTA LA MUERTE (RAOUL WALSH - 1949)



Sin anticipar desenlaces parece existir un cierto “toque Walsh” evidente tanto en Juntos hasta la muerte (por cierto, otro de esos “afortunados” títulos castellanos impuestos por las preclaras e insignes mentes de la época) y Al rojo vivo. Tan solo hay que cambiar el poblado indio de la luna por la cima del mundo. El resto, festival de pólvora, es idéntico. Ambos films del mismo año, el 39 y con una Virginia Mayo pluriempleada y en franco progreso artístico. Todo lo contrario de un Joel McCrea del que he visto cosas mejores, especialmente en su etapa Tourneur.


Pero no hay que confundirse, la película está bien pero, eso sí, tiene el lastre de ser un duplicado de otro trabajo del mismo Raoul Walsh. Me estoy refiriendo a El último refugio (High Sierra), año 1941, con un Bogart que sin ser el Bogart genuino que todos conocemos brinda una interpretación excelente al lado de una gran Ida Lupino. Pusieron el listón muy alto y eso lo acusa Colorado Territory, pero aún así Walsh le saca provecho.

Y es que Raoul Walsh es un cineasta de primer orden que no se limita a poner la cámara entre sus ojos y los actores. Va mas allá. Filma interiores, sentimientos, relaciones humanas, amores y traiciones, lealtades y egoísmos. Por ello los teóricos bandidos lo son menos y encajan como stars que se ofertan a un público un tanto harto de malos malos y buenos impolutos y al que le apetecen héroes de carne y hueso, con una mediocridad capaz de equivocarse y rectificar, de enamorarse de quien no deben y corregirlo.

Esta es la lectura con la que me quedo. La del excelente producto de la factoría Walsh, con su amplísimo catálogo de sentimientos, con especial dedicación al amor, la ambición y la superación. Una factoría a la que podría llamarse “La cima del mundo”, por ejemplo.



 

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