martes, 16 de septiembre de 2008

LA DIOSA DE LA SELVA (RAOUL WALSH - 1937)


Leo en Cinema de Perra Gorda un comentario sobre esta película que suscribo en sus líneas fundamentales. Por ejemplo, lo de "divertimento pasablemente simpático". Es decir, la película "tiene un pase" como se suele decir y además resulta simpática. O sea, no te ríes a carcajada batiente pero sonríes, lo cual para los tiempos que corren y "¡las cosas que hemos visto, eh, sir John...!" pues ya es mucho.

Claro que no es un producto genuino de la que en otros comentarios califiqué como "factoría Walsh", es decir gente corriente con ambiciones corrientes y con la música de fondo de la mascletá fallera. Aquí los personajes son tan inverosímiles que sería una ofensa al espectador recordarle que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. La mujer pájaro, el bwana millonario, el jefe de prensa (¿Donde está la prensa?). Hasta el león Rodolfo de Mari Carmen transitando apaciblemente por el salón de la mansión señorial.

También comulgo con la idea de que de las películas de Astaire-Rogers ha quedado únicamente el recuerdo de sus excelentes números musicales y canciones como Cheek to Cheek, mientras que en La diosa de la selva se está buscando el equilibrio entre la comedia de enredo y el musical canoro al servicio de Lily Pons, soprano francesa nacionalizada estadounidense ensalzada por la crítica a raíz de su aparición en 1931 en Lucía de Lammermoor.

En los años 40 llegó a ser considerada la mejor cantante del mundo y Marlene Dietrich afirmó que había sido junto a la propia Marlene la única artista en los frentes de la Segunda Guerra Mundial.

A E.E.Horton lo tengo por un excelente cómico, un tanto histriónico eso si. Probablemente Lubitsch equilibró lo hierático con lo histriónico obteniendo de él sus mejores interpretaciones. En La Diosa de la Selva está un tanto salido de madre. Hay que reconocerlo.






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