sábado, 6 de septiembre de 2008

YO ANDUVE CON UN ZOMBIE (JACQUES TOURNEUR-1943)




 En ese personal club de los poetas muertos donde viven eternamente mis poetas cinematográficos preferidos he decidido incluir por mayoría cualificada a Jacques Tourneur. Hay que renovarse si no quiere uno quedarse obsoleto además de aburrido y dado que desde que asigné a Frank Capra un sillón en la RADM (Real Academia de (mis) Directores Míticos), allí junto a los Wilder, Hitchcock, Ford, Lubitsch y Lang,la cosa estaba un poco mustia, hemos decidido por junta general de "Me and Me company" que ya va siendo hora de tener 7 magníficos. Y Tourneur es un excelente candidato.

Lo digo después de haber visto películas como Una pistola al amanecer, Estrellas en mi corona, Wichita, Berlín Express, Tierra generosa, La mujer pantera (pendiente de comentarla) y recientemente Yo anduve con un zombie.
Excelentes películas en número suficiente como para evitar cualquier error en la nominación de un director anticonvencionalismos, realizador de westerns nada ortodoxos y que insufló un aire de verosimilitud al género fantástico-terrorífico donde los zombies se alejan de los esquemas vistos en La noche de los muertos vivientes de George A. Romero, película de culto donde las haya, que, en ningún caso estoy valorando ni mucho menos infravalorando.Sim
plemente digo que los zombies antillanos de Tourneur dejan un aire de duda. De positivismo. ¿Existe el voodoo? El serio, no el otro. Hasta llegamos a cuestionarnos la magia negra con sus muñecos y sus alfileres y todo eso.

Es cierto que a este tipo de películas de terror el tiempo no suele tratarlas demasiado bien. Es probable que en algún momento y ante alguna situación nos sonriamos, pero, cualquier otro film menos cuidado que éste provocaría carcajadas batientes. Aquí, Tourneur consigue crear un clima de tensión contenida que, en su tiempo y en la oscuridad de las salas de proyección, produciría algún que otro susto. Hoy, no tanto, pero le reconocemos su mérito por esas retorcidas escaleras, por esos tambores sobrecogedores, por esos ojos perdidos en oscuros vacíos del negro zombie Carrefour, por esa muñeca arrastrada por un cordel ensartador de voluntades...


En definitiva, Tourneur, con una fotografía en B/W tan rica en matices claroscuros como,en tonalidades impresionistas cuando filma en color, es un cineasta rompedor que sigue caminos poco transitados por otros directores. Prueba de ello son sus westerns originales y su terror distinto y diferente que asusta por momentos pero inquieta siempre.

Como apunte final y curiosidad a la vez, me hago eco de lo que apuntan algunos expertos y es la extrañeza ante el hecho del tratamiento permisivo de las conductas críticas, con sus canciones satíricas, de los hombres de color hacia el hombre blanco, máxime en films de los años 40 que además representan una época no precisamente dorada para los negros. Otro elemento diferencial en un Tourneur original y distinto.



No hay comentarios: