jueves, 27 de marzo de 2008

CIELO AMARILLO (WILLIAM A. WELLMAN - 1948)



Para quienes amamos y devoramos el cine, especialmente el llamado clásico, es difícil, por no decir imposible, encontrar algo original. Muchas películas resultaron innovadoras en su tiempo pero, con el paso de los años, hubieron otras, remakes ó no, que se cortaron con los mismos patrones y es por ello, que al volver a ver aquel primer cine de siempre, puede parecernos una simple repetición de esquemas ya conocidos.


De este modo es frecuente cometer la injusticia de desmerecer obras que, en su tiempo significaron pasos nuevos y firmes en la historia de la cinematografía. Por eso, quiero con esta crítica rendir un pequeño homenaje a aquellos pioneros que como Wellman aportaron ideas frescas a este maravilloso mundo de los Hermanos Lumière.



Porque Cielo amarillo es, incluso hoy en día que se ha visto de casi todo, una película distinta. ¿Género?: El western. La historia de América. La quimera del oro. Los apaches en las reservas ó fugándose de ellas. La guerra civil en el pasado reciente. Los soldados volviendo a la normalidad ó al ¡Sálvese quien pueda!. El Valle de la Muerte. El desierto de sal. Los caballos resbalan. El agua escasea. Tener tanto dinero y no poder comprar agua. Cambio Whisky por agua. La ciudad fantasma. La tempestad de Shakespeare.



Se ha dicho además que es un western con rasgos de cine negro. Pero a mi parecer, no tiene las caracteríticas identificadoras del film noir. Aquí no hay vamps, ni buenos tipos a los que un cúmulo de circunstancias han metido en apuros, ni hampones propiamente dichos, ni detectives ni policías. Lo más negro (y blanco) que encontramos es una fotografía excepcional. Presten atención a las tomas en medio del desierto, jinetes sedientos junto a caballos en una cadena humano-equina.


El desierto no es más que un espacio y un espacio puede cruzarse. Fíjense en la magnífica aparición de la ciudad fantasma de Yellow Sky. El ángel Anne Baxter: El agua al final de la calle, junto a las grandes rocas.

Western distinto, los malos (algunos) no tan malos, el sexo débil no tan débil, los indios no tan salvajes. Se pueden hacer Westerns de otra manera. Wellman nos lo demuestra. Con el tiempo hubieron otras visiones de lo que fue el salvaje oeste, el Wild West, visiones donde no ganarían los de siempre, visiones distintas y absolutamente necesarias. Este film de Wellman dibuja un Oeste humanizado, lo cual no quiere decir necesariamente bueno. Al contrario, la avaricia, como en aquella gran película Greed, los conduce a despellejarse vivos, todo por la Gold Fever, la fiebre del oro.

Bien Richard Widmark, de los mejores actores de la segunda fila. Bien, en su estilo acartonadillo de siempre, Gregory Peck, y excepcional Anne Baxter en un papel que hubiese podido ser interpretado por cualquier actriz novel con resultados correctos. Pero Anne Baxter lo borda, con realce, recamado y todo eso.








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