martes, 18 de marzo de 2008

EL ESPIA NEGRO (MICHAEL POWELL - 1939)

Al parecer las colaboraciones Michael Powell-Emeric Pressburger fueron famosas en el cine británico de mitad del siglo XX. Después de esta primera película en común (El espía negro) vinieron otras como Narciso Negro, A vida ó muerte, Las zapatillas rojas, Los cuentos de Hoffmann ó La Batalla del Río de la Plata, entre otras. Suficiente para regalarnos a nosotros mismos un ciclo de estos directores-guionistas con bastantes garantías de éxito.
Centrándonos en El espía negro debo decir que la película me ha dejado buenas sensaciones. Este tipo de films de espionaje, contraespionaje ó incluso recontraespionaje si los directores y guionistas no andan muy finos, suelen derivar hacia elementos comunes y muy poco originales. Por descontado no incluyo entre estos artífices poco sagaces a Hitchcock quien nos dejó obras de espías en tiempos de guerra más que interesantes. Como ejemplo de lo que digo, ahí quedan Los treinta y nueve escalones ó El enviado especial del director br itánico .


Pero Powell ó si lo prefieren Powell & Pressburger abordan el tema de forma diferente a lo habitual. Al contrario de otras películas del género en que los alemanes son seres sin sentimientos, aquí parecen criaturas normales que tienen hambre, les gusta la mantequilla y son capaces de enamorarse. Incluso hasta tienen sentido del humor y del honor y además se aplican a si mismos aquello de que el capitán siempre debe hundirse con el barco. Pero además de humanidad germana hay más cosas: Una trama que interesa desde el principio y que va tomando forma poco a poco en la primera mitad de la película, una fotografía en B/W de calidad, una música apropiada del reconocidísimo Miklós Rózsa y por encima de todo la interpretación de unos actores de los que sabemos poco, pero que lo hacen francamente bien. Ahí estan Conrad Veidt como capitán Hard, Sebastian Shaw como el teniente Ashington y Valerie Hobson como la maestra de escuela. Notables los tres.



Es posible que la parte final del film peque de melodramática en exceso y de cierto convencionalismo. También resulta difícil de creer la candidez de los marinos británicos frente a únicamente 8 soldados alemanes. Pero ello no devalúa un film original y muy bien trenzado, donde los acontecimientos se entrelazan con claridad y limpieza, lo cual en películas de espías y contraespías es harto complicado de conseguir, con el consiguiente deterioro del interés del espectador.


En resumen, cine B con B de Buen trabajo y sobre todo de Buen aperitivo que anima a degustar otras obras de esta pareja de guionistas ó, si lo prefieren, de directores que dieron momento de auténtica gloria al cine británico y europeo.



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