La película está basada en la historia escrita por dos farmacéuticos de Chicago, Kubec Glasmon y John Bright, titulada Beer and Blood (Cerveza y sangre). Y el título, como el algodón, no engaña. La cosa va de cerveza ( y licores en general) y sangre, mucha sangre.
Claro que, a diferencia de estos tiempos tan "avanzados" en los que vivimos, las películas de aquellos tiempos no se "regodeaban" mostrando el vital fluido rojo. Ni siquiera lo hacían en el equivalente tono gris del cine de la época. Y yo soy de los que, sin espantarme, agradezco el detalle. Bastante es saber que un indefenso caballo pase a mejor vida (¿tienen los caballos mejores vidas?) por el único delito (¿cometen delitos los caballos?) de haber causado involuntariamente (y no sigo preguntando) un accidente mortal a un gángster de renombre. Y por seguir con esta línea argumental, recordemos El Padrino...
Beer and Blood recrea, de forma ligera, la vida de un gángster de aquellos tiempos Earl "Hymie" Weiss, lider de la época de la Prohibición quien fue uno de los rivales más destacados de Al Capone y que, como no podía ser de otro modo, murió "prematuramente" a la edad de 29 años. James Cagney da vida al personaje de forma tan magistral que consiguió con este film su primer gran éxito de su carrera y un encasillamiento casi de por vida en este tipo de papeles. Solo recordaré, por haberlas visto últimamente, Ángeles con caras sucias, Los violentos años 20 y Al rojo vivo, pero si han habido gángster cinematográficos por excelencia, Cagney ha sido uno.
La película también documenta perfectamente una época, la de la prohibición del alcohol y consigue que nos imaginemos paseando por la ciudad de Chicago en las horas previas al inicio de la nueva ley, viendo el descontrol, el desenfreno y el acaparamiento de existencias etílicas. E, igualmente, es un exponente de la actuación de las bandas organizadas, de las guerras entre ellas, de la coacción, de la extorsión y en definitiva de la violencia.
En el terreno cinematográfico, gran interpretación de Cagney, desbordante sensualidad de Jean Harlow, actriz cuyo erotismo superaba, a mi juicio, su belleza, inolvidables escenas (la expresión de Tom bajo la lluvia o la secuencia del pomelo, entre otras) y un final... (para no contarlo), inolvidable.
Claro que, a diferencia de estos tiempos tan "avanzados" en los que vivimos, las películas de aquellos tiempos no se "regodeaban" mostrando el vital fluido rojo. Ni siquiera lo hacían en el equivalente tono gris del cine de la época. Y yo soy de los que, sin espantarme, agradezco el detalle. Bastante es saber que un indefenso caballo pase a mejor vida (¿tienen los caballos mejores vidas?) por el único delito (¿cometen delitos los caballos?) de haber causado involuntariamente (y no sigo preguntando) un accidente mortal a un gángster de renombre. Y por seguir con esta línea argumental, recordemos El Padrino...
Beer and Blood recrea, de forma ligera, la vida de un gángster de aquellos tiempos Earl "Hymie" Weiss, lider de la época de la Prohibición quien fue uno de los rivales más destacados de Al Capone y que, como no podía ser de otro modo, murió "prematuramente" a la edad de 29 años. James Cagney da vida al personaje de forma tan magistral que consiguió con este film su primer gran éxito de su carrera y un encasillamiento casi de por vida en este tipo de papeles. Solo recordaré, por haberlas visto últimamente, Ángeles con caras sucias, Los violentos años 20 y Al rojo vivo, pero si han habido gángster cinematográficos por excelencia, Cagney ha sido uno.
La película también documenta perfectamente una época, la de la prohibición del alcohol y consigue que nos imaginemos paseando por la ciudad de Chicago en las horas previas al inicio de la nueva ley, viendo el descontrol, el desenfreno y el acaparamiento de existencias etílicas. E, igualmente, es un exponente de la actuación de las bandas organizadas, de las guerras entre ellas, de la coacción, de la extorsión y en definitiva de la violencia.
En el terreno cinematográfico, gran interpretación de Cagney, desbordante sensualidad de Jean Harlow, actriz cuyo erotismo superaba, a mi juicio, su belleza, inolvidables escenas (la expresión de Tom bajo la lluvia o la secuencia del pomelo, entre otras) y un final... (para no contarlo), inolvidable.
2 comentarios:
J. Cagney no puede faltar en las películas de gangsters. Si no está presente, yo siempre lo recuerdo por una razón u otra. En esta, que no recuerdo, las miradas en esos pocos minutos que has puesto ya indican que hará un trabajo muy bueno. Por cierto, el cartel antológico.
James Cagney fué uno de los actores que ennoblecieron la serie B del cine americano.
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