viernes, 21 de diciembre de 2007

LOS DALTON CONTRA LUCKY LUKE (PHILIPPE HAIM - 2003)




En algunas películas deberían figurar las mismas advertencias que en el tabaco: “ Ver esta película puede resultar nocivo para la salud”, fundamentalmente para la salud mental, ya bastante castigada la pobre por los acontecimientos cotidianos, por el día a día de perniciosos telediarios, por las ensaladas de tomate y salsa rosa, por los sobresaltados corazones, ¡Ay, corazón! Y por tanta epidemia de adictivos virus televisivos absolutamente agresivos para nuestra salud.

Porque, miren ustedes, a servidor le encantan las comedias y las películas de risa, especialmente ese tipo de humor surrealista a lo Hermanos Marx ó a los Monty Phyton. Encuentro entretenidos, sin mas pretensiones, a Mr. Bean ó a Benny Hill y me aparto todo lo posible del histrionismo de Jim Carrey. Unos mejoran sensiblemente mi salud y de los otros suelo vacunarme. Pero Los Dalton han venido y nadie sabe como ha sido y me ha pillado desabrigado sin una sola aspirina en casa. Y claro mi salud mental se ha resentido y aquí estoy contemplando las rayas de mi termómetro y confundiéndolas con trajes de presidio, e imaginando que la bolsa del agua caliente es el sombrerito mágico de marras.

Claro que, de mala que es, consigue lo que pretende, que nos riamos, no de la peli sino de las jilipolleces y perdónenme ustedes la expresión pero es que no encuentro otra que refleje de manera mas fidedigna lo que es la película. No es mala. No. Es peor. Y lo que la hace peor es el doblaje con referencias a Antes muerta que sencilla u otros “souvenirs” hispánicos.

Para aquellos, entre los que me cuento, que viajábamos a la par que disfrutábamos a lomos de las historias de comics como El Capitán Trueno, Tintin, Lucky Luke y otras magníficas aventuras, este tipo de lamentables películas suponen un alto riesgo para nuestra integridad como seres vivos que nos hemos ido formando entre hermosos sueños y realidades lacerantes. Para quienes amábamos y amamos los comics, bodrios como éste están absolutamente prohibidos.

¿Para que hablar de actores, de director, de música? Como se dice en la película: “Esto es un cagarro”.





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