domingo, 27 de enero de 2008

TRES VIDAS ERRANTES (FRED ZINNEMANN - 1960)



La película es algo así como La casa de la pradera, con más praderas que casas aunque eso sí, con muchísimas ovejas. Apta y apropiada para toda la familia, puede pasarse a las tres y media de la tarde sin problemas.

A destacar la excelente actuación de Debora Kerr en su papel de esposa cansada de tiendas de campaña y de carros y carretas. Su interpretación es de las que se recuerdan. Muy por encima de un Robert Mitchum que podría perfectamente tararear aquellas letras de Serrat “entre el cielo y el mar...vagabundear”. Pero Mitchum, está..., digamos, irreconocible. Quizás lo que sucede es que lo hemos encasillado tanto en papeles de “ aquí estoy yo, no hay problemas”, con sonrisa de superioridad incluida que, nos parece fuera de lugar en roles de padre de familia normalito, es decir, con las dificultades que tenemos los humanos. Aunque, para ser verdaderamente objetivo, debo decir que uno de los principales papeles de Mitchum en el que está soberbio no resuelve problemas sino que los crea. Hablo de la magistral Noche del Cazador de Laughton. Pero, a lo que vamos, aquí en Tres vidas errantes está regulin y un tanto fuera de lugar, aunque los regulines de Robert Mitchum serían maravillas para muchos otros.

Pero, entre floras y faunas australianas, por cierto excelentemente fotografiadas por Jack Hildyard y moralinas varias como aquella de que el dinero que fácil viene fácil se va ó aquella otra de que en el juego siempre se acaba perdiendo por lo que es mejor guardarse los cuartos en el bote del Nescafé, pues se pasa un rato muy agradable en familia comiendo palomitas .

Interesante la presencia de Peter Ustinov, actor que no necesita presentación así como la música de Dimitri Tiomkin a quien tampoco le hace ninguna falta. A ambos les sobra calidad.



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