martes, 3 de marzo de 2009

POSADA JAMAICA (ALFRED HITCHCOCK - 1939)


Posada Jamaica, acantilados de Cornwall, naufragios asegurados. Inapropiada para señoritas y gentes de buen vivir. Interesados, presentar curriculum con relación de fechorías, saqueos, asesinatos, linchamientos y otras actividades productivas de este jaez.

Siglo XIX. La Inglaterra oscura donde la opulencia cohabita con la miseria y la desesperación. Una Inglaterra con el sabor de la miseria en las gargantas esperando que el mar, en su inhumana generosidad, arrastre hasta las agrestes costas el fruto mutilado a las vidas humanas. Y Hitchcock, el maestro, el mago, filmando el propio y genuino sabor de la aventura victoriana, redescubriendo la patente de corso y la expoliación, perfilando caracteres con la habilidad de los elegidos para la gloria, el cochero, el pánico, la mujer, la sumisión, la sobrina, la esquiva justicia, el aristócrata, la doblez, el mayordomo, lo que queda del día, tras siglos de agachar la cabeza.

Pero, ¿Qué sería de los personajes sin esos actores que los dotan de entidad corpórea? Y llegados a este punto hay que hablar de Charles Laughton. Y en estos tiempos donde tendemos a clasificarlo todo, se me ocurre la siguiente clasificación:

Películas en las que Laughton ha actuado de forma absolutamente magistral.

Películas en las que Laughton no ha intervenido

Esta clasificación resume y compendia otras muchas que podamos hacer. Por ejemplo, podemos entretenernos en repasar aquellos film donde el genio de Laughton tiene que atravesar más o menos capas de maquillaje y efectos especiales. Léase Esmeralda la Zíngara de Dieterle o esta misma, con inclusión de cejas imposibles, o aquellos otros donde está más a flor de piel. Pero su talento es incontestable. Queremos caldo y que nos den cuantas tazas mejor.

A su lado Maureen O,Hara me ha parecido una grandísima actriz. En el film de William Dieterle volvieron a formar tandem aunque Maureen, estando bien, me resultó menos convincente. La mano de Hitchcock arranca excelentes momentos interpretativos de ellos dos y del resto del conjunto de actores, arropándolos con un juego de claroscuros, de luces y sombras y de romanticismos fotográficos made in Britain. Su última película antes de su excelsa etapa americana fue algo así como un Bye Bye Love que puede defraudar si la comparamos con sus Star Movies, léase Psicosis, Rebeca o Con la muerte en los talones pero que si conseguimos abstraernos de estas referencias inevitables cuando se habla del gran cineasta británico, seguro que disfrutamos con títulos como éste.





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