miércoles, 17 de marzo de 2010

EL DETECTIVE (GORDON DOUGLAS - 1968)


Quizás no sea preciso calificar a Gordon Douglas como orfebre del cine. La palabra orfebre tiene connotaciones de fina artesanía, algo así como efectuar puntillosas labores de ganchillo, confeccionar trajes de lagarterana o dedicarse al repujado fino. Para tanto no. Pero no se le puede negar su carácter de trabajador incansable y de pianista capaz de tocar todas las teclas con una calidad media muy superior a una gran mayoría de cineastas. Para acortar definiciones podemos calificarlo como “hombre de cine”. Sus Río Conchos, La humanidad en peligro o esta El detective son excepcionales películas de géneros diversos, en las que Douglas obtiene un notable alto por su profesionalidad y buen hacer.

Aunque debo reconocer que habiendo visto previamente la secuela La mujer de cemento, El detective se presentaba a priori con escasas garantías. La mujer de cemento es un pedrusco en todo lo alto y tan solo las carnes al sol de una Raquel Welch en su línea interpretativa “más valen curvas conocidas que neuronas por conocer” daban algo de alegría a la cosa. Pero no. El detective es una película soberbia y además digna hija de un tiempo en que la corrupción policial y las fobias declaradas a la homosexualidad eran corrientes. Gordon Douglas afronta con valentía estos temas e incluso va mas lejos, hincándole el diente de la crítica a la corrupción urbanística, a los métodos policiales y no contento con todo ello, hasta a los conflictos matrimoniales fruto de ese combinado tan letal como son las desatenciones masculinas mezcladas con incontinencias uterinas.

El detective es todo eso y algo más. Combina en proporciones exactas una trama policial absolutamente clara y meridiana, lo cual se agradece, con el conflicto humano de un sargento de policía (Frank Sinatra) presionado por su propia historia, antecedentes familiares y especialmente por unas jefaturas mas preocupadas por evitar críticas que por resolver justamente los casos criminales. Todo ello enmarcado en una trama que pareciendo atada y bien atada vuelve a mostrar sus flecos deshilachados, para la mucha pena y poca gloria de un hombre con principios en una sociedad sin ellos.

El detective es un film con muchas lecturas. Yo tan solo me he aventurado con estas palabras por algunas de ellas. Seguro que ustedes encuentran muchas más. De eso se trata.

3 comentarios:

Scotty dijo...

Hola!. Enhorabuena por tu blog.

Gordon Douglas era mucho más que un artesano, que fue la etiqueta que arrastró en vida. Hoy se le reivindica, por suerte. Su policiales y, sobre todo, sus westerns, tenían nervio y una fuerza. Era un cine eminentemente "viril". Río Conchos es una obra maestra.

Hay otro director con el que incoscientemente lo relaciono siempre: Robert Aldrich. Ambos tenían mucho en común y sus filmografías muchos puntos de contacto. Los profesionales o La venganza de Ulzana podrían estar fimadas por Douglas, o La mujer de cemento por Aldrich.

Un saludo cordial.

ANRO dijo...

Recuerdo haber visto esta peli en un barrio periférico de Londres long time ago. Me gustó muchísimo pero no llegué a entenderla del todo por mi precariedad linguistica del inglés. Después no he vuelto a verla. Hay que ponerse en la labor....joder, tío me estás provocando un problema con la ministra cultural!
Un abrazote.

adrián esbilla dijo...

Buena reseña de un film sobre el que no se encuentra casi nada y afortunado rescate del espléndido y correoso cine de Douglas. Suelo seguirte en Filmaffinity donde compartimos alguna peli (yo soy allí ben wade)y con tú permiso enlazo este texto a uno propio sobre Río Conchos y Chuka. Un saludo y felicitacones por el blog, muy agradable y de facil lectura.