domingo, 16 de agosto de 2020

THE HOODLUM (SIDNEY FRANKLIN - 1919)

The Hoodlum es Mary Pickford. Básica y absolutamente. Todos los que desde nuestra ignorancia buscamos esa piedra Rosetta que nos explique los orígenes de este mundo mágico donde los  sueños se materializan en imágenes seguimos una ruta "aventurera" con escala obligatoria  en Griffith, Chaplin, Fairbanks y Pickford. "United Artists" frente al imperio del dólar y la fortaleza de los estudios cinematográficos. Una lucha desigual en la que David acabo imponiéndose a Goliath y donde los verdaderos protagonistas de aquel cinematógrafo cada vez más pujante se pusieron al frente de sus propios proyectos y revindicaron la autoría de sus trabajos.

Esta pequeña reseña histórica nos sirve para situar a Mary Pickford en su tiempo cinematográfico. La "chica de los rizos" y primera "novia de América" era una muchacha ambiciosa y decidida que desde sus inicios quiso lleva el control de su propia carrera: guiones, producción y lo que era mas importante, sus propios emolumentos. Consciente de su valía y del influjo que ejercía en las masas no dudaba en reclamar constantes aumentos de sueldo a los que no podían negarse unos estudios presionados por el enamoramiento colectivo y los benefícios en el "box office". Por otra parte Mary tenía una dotes innatas para la interpretación. A pesar de sus 22, 23 años, su pequeña estatura y su rostro dulce y aniñado la hacían idónea para personajes juveniles o infantiles, incluso masculinos muchas veces con los que acababa seduciendo a sus seguidores. Su popularidad se acrecentó con su participación, junto con otras celebridades medáticas de la época, en la campaña publicitaria para financiar la participación americana en la Primera Guerra Mundial mediante Bonos Estatales adquiridos por la ciudadanía. Otros hitos de su carrera fueron la creación de su propio estudio y la producción de sus películas, así como el legado que dejó para la posteridad con su participación, junto a otras personalidades, en la creación  de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood.

Cuando rueda, con su propio estudio, The hoodlum, Mary Pickford tiene 27 años, lo que no es obstáculo para que en el preámbulo del film interprete a una alumna de primaria frente a una pizarra, en la que, bajo el asesoramiento de un educador oculto entre bastidores, escribe con infantiles erratas, unos consejos publicitarios que se dice ahora, sobre los bonos para el soporte del país tras una guerra apenas finalizada. La edad tampoco es impedimento para que su personaje de la película sea una consentida niña, nieta de un gran magnate de la industria newyorkina que deja la mansión donde vive con su abuelo para hacerlo junto a su padre en un edificio de los suburbios. Relatarles los hechos seguro que no les aportará mucho, tan solo baste decir que hay un estilo de películas, entre las que se incluye The Hoodlum, donde además de los personajes que se nombran en los títulos de crédito, está uno fundamental que acapara el film y pretende avanzar sin nocturnidad ni alevosía, con mucha claridad aunque sigilosamente, entre la moralidad de los espectadores. Y este no es otro que la "escuela de la vida".

Valorar este trabajo de un pujante director para su tiempo como Sidney Franklin, de quien me gustó bastante "The Forbidden City", resulta complicado a la par que injusto, dada la diferencia de un siglo entre el entonces y el hoy. Criterios morales y costumbres diferentes. La especie humana igual y a la vez tan distinta. Por ello, me conformo con haber acercado un poco más la figura de la "pequeña Mary" a los cinéfilos curiosos del mundo de hoy. 

Puntuación:7,00
 
 

 


 
 


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