jueves, 28 de febrero de 2008

EL MINISTERIO DEL MIEDO (FRITZ LANG - 1944)



Lang afirmó: Hollywood me obligó a hacer esta película sin modificar una sola palabra. No creo que sea una buena película. Está muy lejos de mis intenciones.

¿Quién soy yo para contradecir a Lang? Resulta evidente que no soy nadie. Pero me apetece escribir aquí mi particular percepción de este film. Y en este contexto considero que Ministry of Fear contiene, es posible que a pesar de Lang, algunos de los elementos más característicos de su cine. La fotografía es, pese a quien pese, incluso al propio Lang, languiana, si me permiten el término. Vean el movimiento inexorables del péndulo, ó a Travers, el sastrecillo, muerto frente al espejo ó al ciego subiendo al tren entre humos y brumas. Vean la escena de la sesión espiritista y ese air inequívocamente expresionista-alemán. Es puro Lang. Tan Lang que ni el propio Lang pudo evitarlo. Eso, por no hablar de ese fondo sempiterno de la obra del cineasta alemán: La fatalidad. La misma fatalidad de Solo se vive una vez ó de Perversidad.

Por ello, y aun reconociendo el malestar de Fritz Lang con el productor,a la par que guionista Seton I.Miller, quien no aceptó ninguna de las modificaciones del guión propuestas por Lang provocando así el rencor del cineasta, la película tiene todos los signos del cine de Lang y que además incorpora el mejor suspense del cine británico de Hitchcock. En ese sentido las referencias a Los 39 escalones del año 35 son evidentes.


¿Qué hubiese pasado si Lang hubiese incorporado sus propias ideas a este film?. Nunca lo sabremos. Pero estoy por vaticinar que estaríamos hablando de una obra superlativamente maestra.


Quiero cerrar este comentario hablando de Ray Milland, actor que ha tenido la suerte ó la habilidad de trabajar con 3 de los muy grandes, con Wilder (El mayor y la menor, Días sin huella), con Hitchcock (Crimen perfecto) y con Lang (El ministerio del miedo). Lo hace bien y a pesar de que la película tiene algún toque vodevilesco, confiere a la obra, sobriedad y buen hacer. Incluso en algunos momentos me ha recordado al Cary Grant de Con la muerte en los talones, lo cual ya es decir mucho.


¡Ah! Y siguiendo con esta línea de pensamiento, estoy por afirmar que las influencias Lang-Hitchcock fueron mutuas. Evidentemente, el cine salió ganando.






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